martes, 21 de octubre de 2014

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LOS SISTEMAS RESPIRATORIO Y CIRCULATORIO

      Ambos sistemas están intrínsicamente relacionados y es difícil hablar de uno sin hacer alusión al otro. El sistema circulatorio, hace que el organismo reparta nutrientes a través de la sangre (bombeada por el corazón y canalizada por venas y arterias) hacia los distintos órganos, músculos y células corporales y en su recorrido atraviesa el órgano principal del sistema respiratorio (los pulmones) donde se purifica intercambiando el anhídrido carbónico que recoge de las distintas células por oxígeno procedente del aire respirado.

      El primer dato a tener en cuenta es la relación existente entre la Tasa Cardiaca (TC) y la Tasa Respiratoria (TR), siendo esta última aproximadamente una cuarta parte de la primera, lo que quiere decir que si una persona tiene una tasa cardiaca de 60 pulsaciones al minuto, habrá realizado en ese minuto unas 15 respiraciones. Si aumentan los requisitos de nutrientes y de oxígeno en el cuerpo y aumenta la tasa cardiaca para transportar mayor cantidad de elementos, necesariamente tiene que aumentar la tasa respiratoria para adquirir el oxígeno necesario del aire, así si se llegara a unas 160 pulsaciones al minuto, se estarían realizando en ese momento unos 40 actos respiratorios al minuto.

EL APARATO RESTIRATORIO

El Aparato Respiratorio consta de Vías Respiratorias y Órganos Respiratorios.

Las vías están divididas en dos partes:

Las Vías Altas o "Tracto Respiratorio Superior" que incluye la Cavidad Nasal, la Faringe y la Laringe.
Las Vías Bajas o "Tracto Respiratorio Inferior" que incluye la Traquea, los Bronquios (primarios, secundarios y terciarios), y los bronquíolos.
      Los Órganos Respiratorios son los pulmones. Hay dos pulmones uno a cada lado del cuerpo ubicados dentro de la caja torácica. El pulmón derecho consta de tres lóbulos separados por dos cisuras y el pulmón izquierdo, que es un poco más pequeño por el espacio que ocupa el corazón, consta de dos lóbulos separados por una cisura. Están formados por un tejido esponjoso que alberga todo el sistema de bronquíolos y alvéolos donde se realiza el intercambio gaseoso con la sangre que aporta el sistema circulatorio.

      La caja torácica está recubierta en su interior por la Pleura, formada por dos membranas: La Pleura Parietal que está en contacto con el interior de la caja del tórax o Mediastino y la Pleura Visceral que está en contacto con los pulmones. Entre ambas membranas hay fluidos que hacen que puedan deslizarse una sobre otra durante la expansión y contracción producida en los actos respiratorios.

       El Mediastino alberga además de los pulmones y el corazón, la tráquea, los bronquios, el esófago, el timo, algunos ganglios nerviosos, la arteria aorta y las venas cavas así como otras venas y arterias pulmonares. Está cerrado en su parte inferior por un potente músculo cóncavo, el diafragma, encargado de hacer que se produzca la respiración.
El aparato locomotor

 

1- Aparato Locomotor

El  aparato locomotor es el conjunto de estructuras que permite a nuestro cuerpo realizar cualquier tipo de movimiento. El aparato locomotor está formado por el esqueleto o sistema óseo (huesos) y el sistema muscular (músculos).




1.1- El Sistema óseo

El  esqueleto o sistema óseo está formado por los  huesos, los  cartílagos y las articulaciones.
Los huesos son órganos duros y resistentes que forman el esqueleto. Los huesos tienen las siguientes funciones: dan forma al cuerpo, protegen algunos órganos vitales y permiten el movimiento gracias a los músculos que se unen a ellos a través de los tendones.

Según su forma los huesos pueden ser de tres tipos:

huesos largos
huesos cortos
huesos planos.

- Huesos largos: tienen forma alargada. Su parte media se denomina diáfisis y sus extremos epífisis. Actúan como palancas para el movimiento (Ej.: fémur, tibia, etc.).

- Huesos cortos: son más o menos cúbicos (Ej.: vértebras, huesos de la muñeca, etc).

- Huesos planos: tienen forma aplanada. Actúan como protectores de órganos o para la inserción de
músculos (Ej.: los huesos del cráneo)



El esqueleto de un humano adulto está formado por 206 huesos. Algunos de los huesos del cuerpo humano que debes conocer son los que están señalados en la siguiente figura:



 Hueso frontal

Con su forma como concha, el hueso frontal hace la parte anterior del cráneo y se une posteriormente a los dos huesos parietales a través de la sutura coronaria (figura 3). La zona más anterior del hueso se conoce como escama frontal la que coloquialmente se le llama la frente.
Huesos parietales

Son dos huesos grandes, rectangulares y curvos que forman la mayoría del área superior y lateral del cráneo, esto es, son los mayores contribuyentes a la bóveda craneal.  Las cuatro mayores suturas se producen en las articulaciones (uniones) de los huesos parietales y estas son:
Hueso occipital

Huesos de la cabeza (vista inferior)
Figura 4. Anatomía de los huesos de la cabeza
(vista inferior)
Anatomía del piso del cráneo
Figura 5. Anatomía del piso del cráneo
(vista interior)


La mayor parte de la pared posterior y de la base de la armazón ósea de la cabeza está formada por el hueso occipital. Articula anteriormente con los huesos parietales y temporales por la vía de las suturas lambdoidea y occipitomastoidea respectivamente (figura 3). También se une al hueso esfenoides del piso craneal en la placa basioccipital que presenta una protuberancia central llamada tubérculo faríngeo (figura 4).
Huesos temporales

Los huesos temporales son dos, y tienen una forma complicada. Se pueden ver mejor desde la vista lateral de la cabeza ósea (figura 3). Yacen inferiores a los huesos parietales y se unen a estos por la sutura escamosa. Ellos forman la zona inferior-lateral de la cabeza ósea así como parte del piso craneal.
Hueso esfenoides

Otro hueso con una forma complicada de mariposa se extiende a lo ancho de la fosa craneal media y se le considera una pieza clave del cráneo ya que está acuñado centralmente, y articula con el resto de los huesos del cráneoHueso etmoides

Hueso etmoides
Figura 6. Vista anterior del hueso etmoides
Al igual que los huesos temporales y el esfenoides, el hueso etmoides (figura 6) tiene una figura compleja y además delicada. Es el hueso situado más profundamente de los huesos de la cabeza ósea y yace entre el esfenoides y el hueso nasal de la cara. Constituye la mayoría del área ósea entre las cavidades nasales y las órbitas.

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